sábado, 15 de agosto de 2020

La tumba de María en el Cedrón

 La Iglesia del Sepulcro de María en el valle de Cedrón es, según la antigua tradición de los cristianos ortodoxos, el lugar "donde fue puesto el cuerpo de María", madre de Jesucristo. El sepulcro se encuentra a los pies del monte de los Olivos, cerca de la Basílica de Getsemaní.

En el lugar se construyó una iglesia en el siglo IV, que fue reconstruida de nuevo por cruzados en el siglo XII, después de que Saladino la destruyera durante la conquista de Jerusalén. La cripta no fue dañada y se conserva desde entonces, dado que María también es honorada en el Islam. Por medio de una empinada escalera tras la fachada se puede descender a la tumba.
Las escaleras que conducen a la cripta donde se encuentra la tumba vacía de María 

Desde los principios del cristianismo, la tumba de María ha sido considerada un lugar sagrado. Fue excavada en el año 1972 por Bellarmino Bagatti, arqueólogo y fraile franciscano. B. Bagatti creía que se trataba de un antiguo cementerio datado en el siglo I dC y que podía albergar varios enterramientos de importantes personajes bíblicos.

Vista del interior de la Cripta y en el centro, a modo de una Edicola, la Tumba de María.

El equipo de investigadores exploró las tres cámaras funerarias, por lo que se dedujo que la tumba debía ser la que fuentes cristianas mencionan como la famosa tumba de María. En el siglo V dC había una pequeña iglesia cerca de la tumba, pero fue destruida en el año 614 por los persas

La pequeña entrada al interior de la Tumba de María, (entre el altar y el icono de la Virgen
La iglesia actual es greco-ortodoxa y apostólica armenia, si bien también se permite venerar a ortodoxos coptos, a sirios ortodoxos y a etíopes ortodoxosLa Tumba de María se halla en el cauce del torrente Cedrón, en Getsemaní, unas decenas de metros al norte de la basílica de la Agonía y del huerto de los Olivos. Recibe también el nombre de iglesia de la Asunción por los cristianos ortodoxos griegos y armenios, que comparten la propiedad, y por los sirios, coptos y etíopes, que detentan algunos derechos sobre el sitio.

El lecho de roca donde fue depositado el cuerpo de la Virgen María y desde donde subió a los cielos. 

Aunque no se proporciona información sobre el final de la vida de María o su entierro en los relatos del Nuevo Testamento, y muchos cristianos creen que no existe ninguno en los primeros apócrifos, se ofrecen algunos apócrifos como apoyo a la muerte de María (u otro destino final) . 

El Libro de Juan sobre la Dormición de María, escrito en los siglos I, III, IV o VII, coloca su tumba en Getsemaní, al igual en el Tratado del siglo IV sobre el fallecimiento de la Santísima Virgen María. 

El peregrino Antonino de Piacenza , escribiendo de viajes en 560-570 dC, menciona que en ese valle estaba "la basílica de la Santísima María, que dicen que era su casa; en la cual se muestra un sepulcro, desde el cual dicen que la Santísima María fue elevado al cielo ".  

El lecho rocoso donde fue depositado el cuerpo de la Virgen y desde aqui subió a la Gloria

Más tarde, los santos Epifanio de Salamina , Gregorio de Tours , Isidoro de Sevilla, ModestoSofronio de Jerusalén , Alemán de Constantinopla , Andrés de Creta y Juan de Damasco hablan de que la tumba está en Jerusalén y dan testimonio de que esta tradición fue aceptada por todas las Iglesias de Oriente y Occidente.

Icono de la Dormición de la Virgen: Ella descansa, Jesús la viene a busca y Ella sentada en el cielo.

Reflexión sobre la Asunción de la Virgen Escrita por el Obispo Santiago Agrelo Martínez, arzobispo de Tánger desde el 2007.

“Con la palabra «Ascensión» nombramos el misterio de la exaltación-glorificación de Cristo nuestro Señor; y con la palabra «Asunción» nos referimos al misterio de la exaltación-glorificación que, por Cristo y en Cristo, se ha cumplido ya en la Virgen María, y se ha de cumplir un día en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

Dichosa tú, Virgen María que, por la fe, recibiste en la virginidad humilde de tu seno al Hijo de Dios, y hoy, “envuelta en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas”, eres recibida en la gloria de tu Hijo.

“¡Qué pregón tan glorioso para ti, María! Hoy has sido elevada por encima de los ángeles, y con Cristo triunfas para siempre”.

En ti, Virgen María, se nos concede contemplar alcanzada la inmortalidad de la que en la Eucaristía recibimos la divina medicina. Tuya es la gloria de la que es prenda el Cuerpo de Cristo que hoy comulgamos.

Comulgar medicina y prendar, vivir en esperanza, amar, agradecer… Caminar, fijos los ojos en un cielo que se ha quedado sin fronteras, en un paraíso cuyas puertas, cerradas un día al hombre, se han vuelto a abrir para todos…

Comulgar y caminar como la Virgen María, la más pequeña entre los humildes, la más de todos entre los necesitados, la más de Dios entre los hombres.

Enséñanos, Madre, a hermosear la tierra con un «hágase» a la palabra de Dios, al evangelio que hemos de llevar a los pobres, a la esperanza que nos ha de guiar hasta el cielo.

El Papa Pío XII (01/11/1950) proclamó que «“La Inmaculada siempre Virgen María, Madre de Dios, terminado el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial” cuando aún eran recientes los horrores de la Segunda Locura Mundial. La guerra había masacrado millones de cuerpos, muertos en las trincheras, los campos de concentración o en las mismas ciudades por efecto de los bombardeos. En este contexto, la fiesta de la Asunción de la Virgen nos habla de que el cuerpo humano tiene un valor trascendente y forma parte indisoluble de la unidad personal.

Comentario del Papa Francisco el 15 de Agosto 2020, Fiesta de la Asunción de la Virgen al cielo: “Cuando el hombre puso un pie en la Luna, se dijo una frase que se hizo famosa: “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. De hecho, la humanidad había alcanzado un hito histórico. Pero hoy, en la Asunción de María al Cielo, celebramos una conquista infinitamente más grande. La Virgen ha puesto sus pies en el paraíso: no ha ido solo en Espíritu, sino también con el cuerpo, toda ella. Este paso de la pequeña Virgen de Nazaret ha sido el gran salto de la humanidad.

De poco sirve ir a la Luna si no vivimos como hermanos en la Tierra. Pero que una de nosotros viva en el Cielo con el cuerpo nos da esperanza: entendemos que somos valiosos, destinados a resucitar. Dios no dejará desvanecer nuestro cuerpo en la nada. ¡Con Dios nada se pierde!

En María se alcanza la meta y tenemos ante nuestros ojos la razón por la que caminamos: no para conquistar las cosas de aquí abajo, que se desvanecen, sino la patria allá arriba, que es para siempre. Y la Virgen es la estrella que nos orienta. Ella, como enseña el Concilio, “precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo” (Lumen gentium, 68).

María “engrandece al Señor”: no los problemas, que tampoco le faltaban en ese momento, sino al Señor. ¡Cuántas veces, en cambio, nos dejamos vencer por las dificultades y absorber por los miedos! La Virgen no, porque pone a Dios como primera grandeza de la vida. De aquí surge el Magnificat, de aquí nace la alegría: no de la ausencia de problemas, que antes o después llegan, sino de la presencia de Dios. Porque Dios es grande. Y mira a los pequeños.

Dios se la llevó dormida

Un cuerpo inmaculado que dio la vida a su creador no podía sufrir la corrupción propia del pecado. No, en María no hay mancha alguna y su cuerpo purísimo estaba destinado a ir, junto con su alma, al encuentro con Dios, nada más terminar su misión entre nosotros. María se durmió y Dios se la llevó: así, entera, única, serena, bellísima, pura: un cielo que sube al Cielo. María se fue por el camino que nos abrió su Hijo, hacia la Casa del Padre, llena del Espíritu Santo.

María nos abre el camino del Cielo. Jesús volvió a la casa del Padre distinto: volvió con su cuerpo resucitado y así quedará ya para siempre. María sigue ese mismo camino, con su cuerpo de doncella purísima y bella no corrupto.

Y Ella nos espera pidiendo constantemente a Dios por nosotros. Ella es nuestra esperanza: alguien como Ella me está esperando allí arriba. Y al mismo tiempo está siempre aquí a mi lado ayudándome a llegar con Ella a la gloria eterna prometida.

El tránsito de María: es el tránsito de esta vida a la vida celestial y fue para María una maduración de la gracia en la gloria. El ilustre mariólogo Garriguet escribió estas hermosas palabras: “María murió sin dolor, porque vivió sin placer; sin temor, porque vivió sin pecado; sin sentimiento, porque vivió sin apego terrenal. Su muerte fue semejante al declinar de una hermosa tarde, fue como un sueño dulce y apacible; era menos el fin de una vida que la aurora de una existencia mejor. Para designarla la Iglesia encontró una palabra encantadora: la llama sueño (o dormición), de la Virgen».

La experiencia de la muerte enriqueció a la Virgen. Algunos Padres de la Iglesia describen a Jesús mismo que va a recibir a su Madre en el momento de la muerte, para introducirla en la gloria celeste. Así, presentan la muerte de María como un acontecimiento de amor que la llevó a reunirse con su Hijo divino, para compartir con él la vida inmortal. De este modo la Virgen habiendo pasado por el destino común a todos los hombres, es capaz de ejercer con más eficacia su maternidad espiritual con respecto a quienes llegan a la hora suprema.

San Francisco de Sales considera que la muerte de María se produjo como efecto de un ímpetu de amor. Habla de una muerte «en el amor, a causa del amor y por amor», y por eso llega a afirmar que la Madre de Dios murió de amor por su hijo Jesús.

Según una tradición de Jerusalén, la dormición de María tuvo lugar en el monte de Sion. Así lo recuerda la Iglesia católica de la Abadía de la de Dormición de María.

En la cripta de la Abadia de la Dormición se encuentra esta bella representación de María "dormida",

ASÍ MURIÓ  LA VIRGEN MARÍA SEGÚN SAN JUAN DAMASCENO, DOCTOR DE LA IGLESIA
“La Madre de Dios no murió de enfermedad, porque ella por no tener pecado original no tenía que recibir el castigo de la enfermedad. Ella no murió de ancianidad, porque no tenía por qué envejecer, ya que a ella no le llegaba el castigo del pecado de los primeros padres: envejecer y acabarse por debilidad. Ella murió de amor. Era tanto el deseo de irse al cielo donde estaba su Hijo, que este amor la hizo morir.
  Unos catorce años después de la muerte de Jesús, cuando ya había empleado todo su tiempo en enseñar la religión del Salvador a pequeños y grandes, cuando había consolado tantas personas tristes y había ayudado a tantos enfermos y moribundos, hizo saber a los Apóstoles que ya se aproximaba la fecha de partir de este mundo para la eternidad.
  Los Apóstoles la amaban como a la más bondadosa de todas las madres y se apresuraron a viajar para recibir de sus maternales labios sus últimos consejos, y de sus sacrosantas manos su última bendición.
  Fueron llegando, y con lágrimas copiosas, y de rodillas, besaron esas manos santas que tantas veces los habían bendecido. Para cada uno de ellos tuvo la excelsa Señora palabras de consuelo y de esperanza. Y luego, como quien se duerme en el más plácido de los sueños, fue Ella cerrando santamente sus ojos; y su alma, mil veces bendita, partió a la eternidad.
  La noticia cundió por toda la ciudad, y no hubo un cristiano que no viniera a llorar junto a su cuerpo , como por la muerte de la propia madre. Su entierro más parecía una procesión de Pascua que un funeral. Todos cantaban el Aleluya con la más firme esperanza de que ahora tenían una poderosísima Protectora en el cielo, para interceder por cada uno de los discípulos de Jesús.
  En el aire se sentían suavísimos pero fuertes aromas, y parecía escuchar cada uno, armonías de músicas muy suaves. Pero, Tomás Apóstol, no había alcanzado a llegar a tiempo. Cuando arribó ya habían vuelto de sepultar a la Santísima Madre.
  Pedro, – dijo Tomás- No me puedes negar el gran favor de poder ir a la tumba de mi madre amabilísima y darle un último beso a esas manos santas que tantas veces me bendijeron. Y Pedro aceptó.
  Se fueron todos hacia el sepulcro santo de María, y cuando ya estaban cerca empezaron a sentir de nuevo suavísimos aromas en el ambiente y armoniosas músicas en el aire.
  Abrieron el sepulcro y en vez de ver el cuerpo de la Vírgen encontraron solamente…una gran cantidad de flores muy hermosas. Jesucristo había venido, había resucitado a Su Madre Santísima y la había llevado al cielo.
  Esto es lo que llamamos La Asunción de la Vírgen María.
Y ¿quién de nosotros, si tuviera los poderes del Hijo de Dios, no hubiera hecho lo mismo con su propia Madre

lunes, 27 de julio de 2020

- Un pueblo católico israelí a 10 kms del Libano


Mi'ilya es un consejo local en  la Galilea, en el Distrito Norte de Israel. Ubicado en las colinas del oeste de Galilea, se encuentra la aldea católica griega de Mi'ilya que es una de las dos aldeas greco-católicas o melquitas en Israel. La gente de Mi'ilya es miembro de una antigua denominación del Medio Oriente conocida como la Iglesia Católica Melquita, una pequeña comunidad religiosa en Israel, Los melquitas remontan su historia a los primeros cristianos en el siglo I dC. desde Antioquía, que anteriormente era parte de Siria y ahora parte de Turquía.
“El rostro del Papa Benedicto XVI se asoma desde una imagen montada en una pared de la sala del padre Shakour, que también está amueblada con una gran estatua de la Virgen que mima al niño Jesús en sus brazos. La gente de Mi'ilya es miembro de una antigua denominación cristiana del Medio Oriente conocida como la Iglesia Católica Melquita. Los melquitas remontan su historia a los primeros cristianos en el siglo I dC Aunque la denominación melquita está conectada con la Santa Sede en Roma, sus rituales y liturgia siguen enraizados en los orígenes ortodoxos orientales de la iglesia. La denominación melquita tiene sus raíces en la ortodoxia oriental, pero durante mucho tiempo se consideró parte de la iglesia occidental y está asociada con el Vaticano. Sin embargo, a diferencia de sus homólogos católicos romanos, a los sacerdotes melquitas se les permite casarse y tener hijos.”

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En 2018 tenía una población de 3.255, todos los cuales son católicos griegos melquitas. La ciudad está ubicada inmediatamente al noroeste de Ma'alot-Tarshiha.
En 1838, Mal'lia fue notada como una aldea en el distrito de El Jebel , ubicado al oeste de Safed . En el 1881  Mi'ilyā fue descrito como un grande y bien construida villa de piedra, que contiene 450 cristianos, rodeado de olivos y tierras de cultivo. Una lista de población de aproximadamente 1887 mostró que Ma'lia tenía aproximadamente 775 habitantes, todos cristianos. En las estadísticas de 1945, la población había aumentado a 900; 790 cristianos y 110 musulmanes,

Los arqueólogos han descubierto que su historia se remonta al menos a finales de la Edad del Bronce, y estuvo continuamente habitada hasta el período bizantino, período cruzado, el Imperio Otomano y más allá. Según las excavaciones recientes, el sitio de la colina de Mi'ilya era un sitio importante del Bronce Medio, 2200-1550 aC. y del Bronce Tardío, 1550-1200 aC, de aproximadamente 24 hectáreas, el más grande en el oeste de Galilea. La mayoría de los hallazgos fueron del período de Hierro (Israelita Temprano: 1200 1000 aC, Israelita Medio / Tardío / Babilónico: 1000-539 aC).
Los eruditos identifican el sitio con Aloth, una ciudad de Baanah Ben-Hushai, uno de los oficiales del Rey Salomón (1 Reyes 4:16: "Baanah, hijo de Hushai, estaba en Asher y en Aloth"). La Tribu de Asher se agrega aquí. El nombre de la ciudad bíblica, Aloth, es la base de la ciudad moderna de Maaloth, que se encuentra al este de la aldea.
Hoy, la ciudad está construida sobre un fuerte cruzado que data del siglo XII y sigue siendo puramente cristiana.

A medida que se acerca la Navidad, unos 3.200 residentes instalan en las calles luces festivas, árboles de Navidad y hermosas decoraciones en las semanas previas a la festividad sagrada. El padre Ibrahim Shoufani, el sacerdote de la comunidad, dijo que "como cristianos que vivimos en Israel, tenemos la libertad de celebrar nuestra religión sin ningún problema o interferencia, somos israelíes".
Dijo que comienzan a decorar el pueblo el 9 de diciembre y todos se involucran."Tenemos visitantes del exterior que vienen a visitarnos durante este tiempo, incluidos judíos y musulmanes y esperamos que vengan miles durante el período de Navidad".
."Tenemos hermosos mercados navideños por las noches y tenemos personas de todas las religiones y lugares que vienen a ver", dijo Shoufani, y agregó que "Hemos estado haciendo esto durante cinco años".
Dijo que la Navidad está muy orientada a la familia en Mi'ilya porque algunos de los residentes tienen hijos que estudian en otras partes del mundo, y especialmente regresan para celebrar. "Es una época maravillosa del año para Mi'ilya", dijo.
En la víspera de Navidad, Shoufani dijo que la comunidad celebra una misa vespertina en la iglesia local de Santa María Magdalena, y luego tiene una celebración especial.
"Después de la misa, caminamos juntos, cantamos delante de la imagen de Jesús y cenamos en la comunidad", dijo. Durante el día, los residentes del pueblo se reúnen en la iglesia para la misa de la mañana.
Cada semana, Shoufani dijo que reciben entre 300 y 400 personas que asisten a la misa del domingo. Suelen tener dos servicios.
Mientras estaba sentado dentro de la iglesia, mostró sus diversas decoraciones a los periodistas, que estaban en una gira patrocinada con Media Central. Allí arriba, señaló una gran cruz pintada, con una escritura debajo que decía "Jesús, Rey de los judíos".
La iglesia también muestra hermosas obras pintadas cerca del púlpito que representan diferentes momentos de la vida de Jesús.

El religioso Shoufani dijo que los sermones generalmente se dan en árabe, pero varias palabras se dicen en griego "aquí y allá".
Los más de 3.000 habitantes de Mi'ilya están ubicados en Israel, en lo alto de las altas y verdes colinas de Galilea, a solo 10 kilómetros al sur de la frontera libanesa y a 30 kilómetros al norte de Nazaret, donde Jesús pasó la mayor parte de su vida.
Cinco veces al día, la voz de garganta profunda de un muezzin retumba desde un minarete en la ciudad vecina de Tarshiha, convocando a los fieles musulmanes a la oración. Mientras tanto, los techos de tejas rojas de la comunidad judía de Maalot verifican la cima de una colina cercana.

Aquí en Mi'ilya, sin embargo, no hay ni mezquita ni sinagoga, sino solo una iglesia cristiana cuadrada de piedra caliza. Por la noche, una enorme cruz iluminada brilla sobre la ciudad, una de las pocas comunidades totalmente cristianas en Israel.

Según Rabei Khamisy, arqueólogo del Instituto Zinman de Arqueología de la Universidad de Haifa, Mi'ilya siguió siendo un centro cristiano. Dijo que en el pasado, Galilea y el sur del Líbano no estaban separados, y los cristianos podían moverse libremente entre las dos áreas, y agregó que la mayoría de los residentes locales se originan en Siria, el sur del Líbano y Jordania.

La denominación melquita tiene sus raíces en la ortodoxia oriental, pero durante mucho tiempo se consideró parte de la iglesia occidental y está asociada con el Vaticano. Sin embargo, a diferencia de sus homólogos católicos romanos, a los sacerdotes melquitas se les permite casarse y tener hijos.
El rostro del Papa Benedicto XVI se asoma desde una imagen montada en una pared de la sala del padre Shakour, que también está amueblada con una gran estatua de la Virgen que mima al niño Jesús en sus brazos. Un rincón de la habitación está lleno de un gran árbol de Navidad artificial decorado con adornos rojos y dorados.
Aunque la denominación melquita está conectada con la Santa Sede en Roma, sus rituales y liturgia siguen enraizados en los orígenes ortodoxos orientales de la iglesia.
Cuando se celebra la misa de medianoche en la víspera de Navidad, por ejemplo, la música que se expande por el interior abovedado de piedra caliza de la iglesia de la ciudad estará cantando cánticos bizantinos en un coro de hombres y mujeres
La esposa del religioso Shakour, Adlin, ofrece a un par de visitantes fruta fresca, refrescos y café turco, mientras dos de sus tres hijos escuchan la conversación. La pareja también tiene una hija, que es estudiante universitaria en Amman (Jordania). Esta historia se desarrolla en Israel, realmente es un mundo pequeño, dado que existen numerosos vínculos entre Mi'ilya, esta ciudad de Israel y la nevada ciudad de Toronto en Canadá.
El P. Shakour dice que la gente de aquí también está familiarizada con los villancicos occidentales. Como prueba, él y su esposa entran rápidamente en su versión de "Jingle Bells", tarareando la melodía sin letra. En muchos sentidos, la Navidad en Mi'ilya es muy parecida a la Navidad en cualquier lugar: un momento para que las familias intercambien regalos y compartan comidas, conversaciones y posiblemente algo de alegría líquida.
Si el religioso Shakour tiene éxito, la gente aquí también dedicará parte de su tiempo en Navidad a la reflexión sobre el Nuevo Testamento. Tal vez también ahorren algo de dinero o comida para los pobres.

Por su parte la señora Jumana Layouz vivirá las vacaciones de Navidad como lo hace todos los años, pasando la Nochebuena en Mi'ilya con la familia de su esposo, antes de viajar con sus tres hijos a la ciudad norteña de Akko para celebrar el Día de Navidad en compañía de ella. familia. Al igual que otros cristianos árabes, ella y sus parientes se deleitarán con platos del Medio Oriente como burgul cocinados con carne y verduras, y un plato de arroz salado envuelto en hojas de repollo llamado malfouf.
Cuando se le pide que haga un deseo de Navidad, ella expresa el mismo sentimiento que hace todos los años, la misma esperanza proclamada por los cristianos de buen corazón de todo el mundo. "En primer lugar, paz", dice ella. "Paz en mi hogar y paz en todo el mundo".

- Fassuta, pueblo católico melquita



Fassuta es un pueblo cristiano melquita situado en el norte de Israel, a solo 3.5 kilómetros de la frontera con el Líbano. Los melquitas son el grupo católico afiliado a la Iglesia Católica Griega Melquita, que se separó de la Iglesia Ortodoxa Griega en 1724 y representa el 60% de todos los cristianos israelíes en la actualidad.

Con su sotana negra destacando contra los íconos dorados de la iglesia, el Padre Michael Assi explicó que Fassuta tiene la iglesia de San Elias, "que desempeña un papel esencial en la unión de la comunidad".

"Fassuta es la última comunidad cristiana [en Israel] antes de que [llegues] al Líbano", dijo Assi, estimando que alrededor del 70 por ciento de los aldeanos se consideran religiosos y asisten a los servicios. Agregó que los domingos, todos los 400 asientos de la iglesia están ocupados.
“Soy árabe, pero no musulmán; Israelí pero no judío; Católico pero no latina”, dijo Assi, exponiendo la compleja identidad de la comunidad.

Es una identidad que se ha estado desarrollando continuamente desde que los primeros cristianos se establecieron en el área hace unos 500 años, huyendo de la persecución turca en Siria y Líbano.
Al reunirse con “The Times of Israel” días antes de Navidad, el padre Michael Assi, pastor de la iglesia de Mar Elias aquí, afirma que el imponente árbol de Navidad que se encuentra frente a su puerta, es más alto, superando incluso al de Belén, el más popular; destino para los peregrinos que pasan la temporada navideña aquí.

La comunidad del padre Assi está en la Alta Galilea, a solo 3.5 kilómetros de la frontera con el Líbano: de la Línea Azul de la ONU que ha separado a Israel de su vecino del norte desde 2000. 

A pocos kilómetros al sur de la frontera libanesa y la operación en curso de las Fuerzas de Defensa de Israel contra los túneles de ataque de Hezbolá, la aldea cristiana israelí-árabe de Fassuta se está preparando para un festival anual de Navidad que se espera que atraiga a miles de visitantes.
"Los 3.400 habitantes de Fassuta son cristianos melquitas", dijo Rima Francis, representante del consejo local de Fassuta, a “The Times of Israel” durante nuestra reciente visita. "Hace cinco años, al consejo se le ocurrió la idea de un mercado navideño que mostrara a los turistas y las personas de nuestro entorno, incluidos los musulmanes y la corriente judía, cómo se celebra la festividad en nuestra aldea cristiana". Aquí, cada año desde 2013, un mercado navideño ha atraído a miles de visitantes de todo Israel.
"Quería que Fassuta fuera como yo lo sentía cuando era niña, viniendo desde la lejana ciudad hasta las montañas del norte de Israel", dijo Khoury, mientras le mostraba a un grupo de periodistas la casa donde creció su padre.
Hace tres años, convirtió la casa en un centro cultural, galería de arte y, lo que es más importante, también en un hogar acogedor para los aldeanos y visitantes.
Los jóvenes en particular, dijo, están dando vida a Beit Rima al mostrar su arte, que Khoury mostró con orgullo a la audiencia. Junto a Khoury, las fotos de su familia colgaban en la pared cerca de un brillante árbol de Navidad, un recordatorio de que, especialmente en esta época del año, la casa funciona como un centro comunitario.

Entre estas actividades se encuentran clases de inglés y arte a las que asistieron más de 110 estudiantes en "Beit Rima", que asumieron un papel central en la vida cultural de la comunidad.
El centro cultural fue fundado hace tres años por Rima Khoury, una maestra de inglés y diseñadora de moda que vivía en Haifa y Londres antes de mudarse a Fassuta, donde solía visitar a sus abuelos los fines de semana cuando era niña.
El festival, llamado "Christmassuta", se llevará a cabo este año del 27 al 29 de diciembre. Ha demostrado ser uno de los más exitosos del área desde su primer año, cuando atrajo a aproximadamente 25,000 israelíes de todas las edades y religiones.
Los residentes de Fassuta trabajan durante semanas para asegurarse de que el evento sea un éxito, coordinando estrechamente con la policía israelí para garantizar la seguridad.
El pequeño número de familias musulmanas y drusas que una vez vivieron aquí optaron por vender sus tierras a los cristianos, muchos residentes de Fassuta, una vez cultivaron tabaco, y buscar la prosperidad económica en las ciudades más grandes.