La
Iglesia donde José tenía su taller de carpintería
Sobre la
colina que constituye el centro histórico de la ciudad de Nazaret en Galilea,
muy cercana a la Iglesia de la Anunciación, se alza la Iglesia Carpintería de José, también
conocida como la Iglesia de la Nutrición, porque
así llamaron a su antecesora de época cruzada, debido a
que aquí pasó los años de la infancia Jesús aprendiendo el oficio de
su padre, el que proporcionaba el sustento a la familia «nutrimento».
En el subsuelo de la iglesia de San José se hallan
los restos de la llamada Casa de José, que sería el auténtico lugar de la
familia de Nazaret, ya que con los desposorios, la Virgen abandonaría su casita
(la que se encuentra bajo la Basílica de la Anunciación) paterna e iría a vivir
a casa de su esposo José.
La
tradición cristiana sitúa en este lugar la residencia de la Sagrada Familia y
el taller donde José trabajaba la madera, algunos estudiosos
opinan que como en los evangelios se refieren con la palabra tekton (constructor,
artesano) a la profesión de José, seria probable que trabajase tanto
la piedra como la madera, que eran los materiales de construcción más comunes
de su época, y que desarrollase en realidad su actividad en las ciudades
cercanas de Séforis o Tzippori que entonces estaban siendo
reconstruidas por Herodes.
Desde la nave izquierda
bajan unas escaleras que conducen a la cripta de la iglesia donde se conservan
los restos encontrados durante las excavaciones efectuadas por los padres franciscanos en el terreno antes de construir el nuevo
edificio, así salieron a la luz parte de las ruinas
del templo de época de
los cruzados y las de la primera iglesia franciscana del siglo XII, cisternas para el agua excavadas en
la roca caliza que se corresponden a las utilizadas normalmente en el
siglo I por los habitantes de Nazaret, las cuevas, algunas partes de habitaciones primitivas
y una pequeña piscina o pozo, de unos 2 metros, en la
que se conserva aún los mosaicos, en color blanco y negro que cubrían el fondo y los 7
peldaños de acceso, datado anterior
a la era de Constantino, por lo que se supone que debió ser
una especie de baño ritual judío.
Todo esto se puede ver a
través de unos cristales colocados en el pavimento de la Cripta.
En los
primeros siglos del cristianismo, la casa de José fue usada como baptisterio
cristiano. Los fieles descendían a la piscina bautismal por medio de siete
escalones, símbolo de los siete dones del Espíritu Santo que iba a recibir con
el bautismo. Al lado del último peldaño había una acequia, que simbolizaba al
agua corriente del Río Jordan, y saltando por encima de este canalillo, se
entraba en la piscina bautismal propiamente dicha, en cuyo fondo hay un mosaico
de seis cuadrados, que en la antigua tradición judeo-cristiana representaban a
los ángeles que acompañaban siempre a Dios creador.
Sabemos por parte del
peregrino Arculfo (670) que en Nazaret “se encontraban dos iglesias, una en
medio de la ciudad, colocada sobre dos arcos donde había sido construida la
casa en la que Jesús vivió su vida oculta. Y, la otra, en el lugar donde se
encontraba la casa en la que entró el ángel Gabriel y habló a María”.
En el siglo XVI Quaresmio
habla de un lugar denominado por los nazaretanos “Casa y taller de San José”,
donde hace tiempo existía una iglesia dedicada al Santo. La apócrifa Historia
de José, el carpintero, narra la muerte y sepultura del padre putativo de
Jesús, en Nazaret, describiendo cómo el mismo Jesús lo asistió y confortó en el
momento del paso de esta vida a la eternidad. Sabemos también cómo algunos de
sus parientes habían quedado en la ciudad, según nos cuenta el historiador
judío-cristiano Egesipo (s.II ) y que Eusebio de Cesarea menciona en su
Historia Eclesiástica: -“De la familia del Señor quedaban aún los sobrinos de
Judas llamado hermano, según la carne, los cuales fueron denunciados como
pertenecientes a la familia de David”. Ellos se defendieron delante del
emperador Domiciano (81-96 dC.) mostrando sus manos encallecidas como
consecuencia de sus trabajos en el campo y fueron puestos en libertad.
Es de
suponer que estos parientes del Señor hayan tenido parte importante en la
conservación de los recuerdos cristianos en Nazaret.
El templo
actual es una construcción del 1914 en estilo neo-románico sobrio y
sin pretensiones a la que se accede atravesando una pequeña
plaza rodeada por arcos con celosías y
jardines en cuyo centro se encuentra la estatua de José en hierro forjado,
acompañada de una inscripción a sus pies en la que se leen las
palabras: "José hijo de David". Subiendo las escaleras situadas
en un lateral de la plaza llegamos a la fachada
principal de la iglesia que se presenta con un
único ingreso con forma de arco flanqueado por dos ventanas.
En su
interior el espacio se divide en tres naves, una central más amplia y
alta y otras dos laterales más
estrechas separadas por columnas.
En el
extremo oriental se sitúa el ábside decorado con por
tres hermosos frescos, el más grande de la Sagrada Familia que preside el altar y
dos más pequeños a ambos lados en los que se representa El sueño de José y la Muerte de José en
brazos de María y su hijo Jesús. La iluminación de
la iglesia proviene de las vidrieras policromadas, en tonos azules y
verdes, situadas en la parte superior de las arcadas que separan las naves
y sostienen la cubierta a dos aguas con estructura de madera. Por el
lateral izquierdo encontramos la estatua de José con el niño Jesús a su lado.
Dibujo y foto del baño judeo-cristiano o baño judio de la Iglesia de San José de Nazaret
Bautisterio judeo-cristiano o baño judío
Desde la nave izquierda
bajan unas escaleras que conducen a la cripta de la iglesia donde se conservan
los restos encontrados durante las excavaciones efectuadas por los monjes
franciscanos en el terreno antes de construir el nuevo
edificio, así salieron a la luz parte de las ruinas
del templo de época de
los cruzados y las de la primera iglesia franciscana del siglo XII y cisternas para el agua excavadas en
la roca caliza que se corresponden a las utilizadas normalmente en el
siglo I por los habitantes de Nazaret,
las cuevas, algunas partes de habitaciones primitivas y una pequeña piscina o pozo, de unos 2 metros, en la
que se conserva aún los mosaicos, en color blanco
y negro, que cubrían el fondo y los 7
peldaños de acceso, datado anterior
a la era Constantiniana, por lo que se supone que debió ser
una especie de baño ritual judío. T
La Iglesia de San José posee un
baptisterio con siete peldaños adornado con mosaicos que representan un dibujo
escalonado, lo que quizás sea un símbolo de la ascensión espiritual de quienes
surgen de las aguas.
En los
primeros siglos del cristianismo, la casa de José fue usada como baptisterio
cristiano. Los fieles descendían a la piscina bautismal por medio de siete
escalones, símbolo de los siete dones del Espíritu Santo que iba a recibir con
el bautismo. Al lado del último peldaño había una acequia, que simbolizaba al
agua corriente del Río Jordan, y saltando por encima de este canalillo, se
entraba en la piscina bautismal propiamente dicha, en cuyo fondo hay un mosaico
de seis cuadrados, que en la antigua tradición judeo-cristiana representaban a
los ángeles que acompañaban siempre a Dios creador.
El lugar fue comprado
por los franciscanos en el año 1754 y la iglesia actual fue construida sobre
las ruinas de la antigua en el año 1914 por Fr. Vendelino Hinterkeuser. En las
excavaciones fueron encontradas grutas, cisternas, parte de las habitaciones
primitivas y una pequeña alberca con mosaicos y peldaños que se supone ser un
antiguo baño ritual judío convertido en baptisterio.
José el hombre justo
según el Nuevo Testamento
Según
el Evangelio de Mateo Jacob fue padre de José
(Mateo 1:16). También e l Evangelio de
Mateo 1:18-24 muestra parte del drama que vivió José de Nazaret al saber
que María estaba embarazada. Iba a repudiarla, en secreto porque era
justo, porque no quería que fuera apedreada según lo dispuesto en la Torá (Deuteronomio
22:20-21). La Escuela
bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén interpreta que la
justicia de José consistió en que, convencido de la virtud de María, se
negaba a entregarla al riguroso procedimiento de la ley de
Moisés.
Según el Evangelio de Mateo, el ángel del
Señor le manifestó en sueños que ella concibió por obra del Espíritu
Santo y que su hijo «salvaría a su pueblo de sus pecados», por
lo que José aceptó a María (Mateo 1:20-24).
Luego,
antes que Herodes I el Grande ordenara matar a los niños
menores de dos años de Belén y
de toda la comarca, José tomó al niño
Jesús y a su madre y huyó a Egipto (Mateo
2:13-18). Al morir Herodes, José entró nuevamente con el niño y su madre en
tierra de Israel pero, al enterarse de que Arquelao, hijo de Herodes el Grande, reinaba
en Judea, tuvo
miedo de ir allí y se retiró a la región de Galilea, a Nazaret (Mateo
2:19-23) Según el Evangelio de Lucas, Nazaret había sido el lugar de
residencia de María, ya desposada con José, cuando acaeció la Anunciación (Lucas
1:26-38).
El libro
apócrifo La Historia de José el Carpintero, escrito
en el siglo V y enmarcado como una biografía de José dictada por Jesús,
describe cómo José tuvo una esposa antes de María con la que tuvo seis
vástagos, cuatro hijos y dos hijas.
Los nombres de los hijos serían Judas,
Justo, Santiago y Simón, y los de las hijas Asia y Lidia. Según este relato,
los llamados hermanos de Jesús serían
hijos de José de un matrimonio anterior. José viviría cuarenta años soltero, a
partir de entonces su primera esposa permanecería bajo su cuidado cuarenta y
nueve años, y luego moriría. Un año después de su muerte, a la edad de noventa
años José desposaría a María. La muerte de José sería la edad de 111 años,
atendida por ángeles y afirmando la virginidad perpetua de María.
Se puede afirmar que
José no era padre adoptivo en sentido estricto pues no hubo ninguna adopción,
ningún negocio jurídico equivalente a ello. José fue la persona que, según la
tradición cristiana, Dios eligió para constituir una familia para Jesús y quien
asumió realizar el rol paterno.
José, un hombre justo,
se caracterizó en sus relaciones familiares, por dar un trato de máximo respeto
y apoyo a María y por servir de modelo, por voluntad de Dios, a Jesús y ser quien le enseñò el oficio de
artesano-carpintero.
El sepulcro del Justo
en Nazaret
Arqueólogos encontraron una cueva bajo un convento en Nazaret, que
se conoce desde 1880, pero que no se investigó a fondo hasta 2006. La
construcción fue recortada en una ladera rocosa.
Fue descubierta por primera vez en la
década de 1880 por monjas del convento Hermanas de
Nazaret,
pero no fue hasta 2006 que los arqueólogos, dirigidos por Ken Dark (izquierda), un profesor de la Universidad de Reading,
en el Reino Unido, dataron la casa en el siglo I.
Además,
se han encontrado restos de una inscripción en el patio de la casa, que dice
'VII De Sanctis Locus', lo que da pistas de que podría ser la sepultura del
“Justo José”.
El corte de la tumba través de la casa es hoy
comúnmente llamada 'la tumba de San José', y fue, ciertamente, venerada en la
época de las Cruzadas, dado que tal vez pensaban que era la tumba de San
José"
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